“Cadete Amarilla, mi hijo”, la búsqueda de justicia de toda una familia

La película documental  “Cadete Amarilla, mi hijo”, se despidió de las salas de cine de Asunción y continúa en cartelera en  Ciudad del Este y Encarnación. El largometraje de 66 minutos, narra la historia de una familia que durante 30 años ha buscado la verdad detrás del asesinato de su hijo adolescente, en el liceo militar donde se estaba formando.

En 1988, la sociedad paraguaya recién se estaba recuperando del júbilo de la reciente visita del Papa Juan Pablo II, cuando una trágica noticia irrumpió en la casa de la familia del cadete Marco Amarilla (17), quien se estaba formando desde hacía tres años en el Liceo Militar de Encarnación. Según las autoridades castrenses del lugar, el cadete se había suicidado con su propio fusil, en la soledad de un terreno contiguo al cuartel cuando sus compañeros estaban en plena formación. Nadie observó lo ocurrido, del levantamiento del cuerpo no participó ningún fiscal ni se notificó a ningún juez. De hecho, ni siquiera se realizó una denuncia del caso.

“Es un paso más, un peldaño más de lucha. Estamos siempre en el camino hacia la búsqueda de la justicia y que no quede impune”, expresaba Sonia Amarilla, hermana y también productora del audiovisual.

Todos estos hechos forman parte de los relatos que los padres, hermanos, camaradas y amigos de Marco ante las cámaras de Patricia Aguayo Royg, directora del film. Una historia en blanco y negro, que en su corta extensión, tiene la misión de rescatar la memoria, a veces olvidada, de los jóvenes que han perecido en circunstancias no esclarecidas, prestando el servicio militar.

Según el director Juan Carlos Maneglia: “Hay una frase que dice que la realidad supera la ficción y el caso del Cadete Amarilla, es tal cual. Realmente es muy terrible lo que vivió esta familia y me parece que el compromiso del cine es justamente tomar estos casos tan emblemáticos y darlos a conocer”.

Clyde Soto, psicóloga y referente de derechos humanos comentó que: “Definitivamente este es un caso que siempre fue muy emblemático. Siempre es bueno recrearlo, dejar testimonio, difundirlo para que no haya olvido. La memoria colectiva es muy importante para evitar la repetición de estos casos de violación de derechos humanos. Ojalá que toda la gente joven vea esto, porque tenemos que construir un país donde estas violaciones de derechos humanos ya no puedan ocurrir”.

Esta obra, que tardó 10 años realizarse, fue posible gracias al apoyo del FONDEC, Secretaría Nacional de Cultura y el Centro Cultural Juan de Salazar.

El documental fue declarado de interés cultural en 2012, bajo la gestión del entonces ministro de cultura Ticio Escobar. Y, también fue declarado de interés municipal por las autoridades de la ciudad de Encarnación en la víspera de su estreno en esa localidad.

“Siento que Patricia Aguayo, la directora del documental, y todo su equipo hicieron un trabajo maravilloso porque no solamente entendemos claramente lo que ocurrió, sino que lo hizo de una manera respetuosa, sensible, y sobre todo con una emoción muy bien manejada, que a veces es tan difícil en este tipo de materiales”, remarcaba Maneglia sobre el documental.

El film contó además con el apoyo de IPAC, Post Audio, Kamikaze Records, Chamaca Productora, Pollito Films, Cucamonga, Diakonia, La Kucha, Bruno Bogarín, MB Films, Telefuturo, entre otros.

No es el único caso
Tras años de lucha, la familia no encontró sentencias ni asesinos, ni en la justicia militar, ni en la ordinaria. Muchos fueron los rumores sobre qué pudo haber pasado aquella tranquila noche cuando un cadete fue asesinado mientras estaba bajo la tutela del estado paraguayo.

Pero el caso de Marco, lastimosamente no es el único. Según la ONG Serpaj Paraguay, desde 1989 a 2012 se han registrado 147 muertes de cadetes, dentro los cuarteles donde prestaban servicio, 71 de ellas eran adolescentes de entre 12 y 17 años. Sólo 8 de las 147 muertes fueron aclaradas y cuentan con sentencias. 

Funciones
El largometraje se encuentra en cartelera en los principales cines de Asunción, Gran Asunción, Caaguazú, Coronel Oviedo, Ciudad del Este y Encarnación.
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