Centro pedagógico Ñemity ofrece talleres de habilidades para inserción laboral

El centro de convivencia pedagógica Ñemity del programa PAINAC del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, ofrece varios talleres de habilidades para la vida e inserción laboral rápida a niñas, niños y adolescentes residentes del centro, que están pasando por el proceso de deshabituación de calle. Los talleres se desarrollan en el marco del proyecto “Sembrando esperanza”, que cuenta con el apoyo de la asociación ASES Agricoltore de Italia.

El objetivo principal es desarrollar habilidades prácticas y despertar la creatividad de niñas, niños y adolescentes residentes del centro, para motivarlos a emprender su propio negocio en cuanto egresen. Según lo expresado por uno de los adolescentes del centro, el proyecto de vida es que, “soñamos con volver a reinsertarnos a la familia, a la sociedad, al mundo laboral como cualquier otro joven”.
 
El proyecto se denomina “Sembrando esperanza” y cuenta con el apoyo de la asociación ASES Agricoltore, amigas y amigos del centro, equipo técnico del programa de Atención Integral a Niñas, Niños y Adolescentes en situación de calle (PAINAC) del MINNA, y el plantel del Centro. Este esfuerzo conjunto está dando sus frutos con la puesta en marcha de una huerta orgánica en suelo y una huerta hidropónica.
 
“Sabemos que con esta situación de crisis sanitaria; el encierro, el no poder ir a la escuela, además del distanciamiento social, nos hace estar totalmente limitados de esos momentos únicos de relacionarnos con el mundo exterior, de los contactos con los amigos del barrio, las visitas, de los proyectos de  inserción laboral, han quedado para más adelante, porque tenemos esperanza en un mañana mejor. Este proyecto de huerta y lo que hacemos en centro, nos hace sentir que somos queridos y servimos para algo”, señaló una adolescente, que se encontraba en situación de calle y que ahora participa activamente en los talleres del centro Ñemity.
 
Al trabajo en la huerta, se sumó al proyecto el trabajo en artesanía y la producción de pequeñas masetas decoradas, con mariposas hechas por ellos mismos, y escogido como inspiración, por su capacidad de transformación, “representa cambios, evolución, entre los antiguo, la mariposa era el emblema del alma y de la atracción inconsciente hacia lo luminoso; es símbolo del renacer, representa la necesidad de cambio y mayor libertad, y la ves la valentía”, expresó Liz, una de las educadora que participa del proyecto. 
 
Las macetitas con mariposas, tunas y otras especies de plantas, sirven también de obsequio o recuerdo para un momento especial,  pues son diferentes a lo que comúnmente  es conocido en el mercado, además está hecho con amor y personalizado con gustos y preferencias de las personas.
 
Ambos proyectos pedagógicos contribuyen a desarrollar destrezas y habilidades, además de terapéuticos, orientados a mejorar la autoestima de niñas, niños y adolescentes, que en mucho de los casos, por su propia historia de vida, hay que reconstruir de cero, lo referente a disciplina, constancia, paciencia, respeto mutuo entre otros.
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